Determinantes sociales de la salud
Desigualdad de ingresos
Disponer de unos ingresos suficientes es una condición fundamental para alcanzar un buen estado de salud. Como se han encargado de demostrar numerosos estudios, la pobreza se relaciona con una gran cantidad de variables que limitan la posibilidad de tener una vida sana, como la malnutrición, la falta de una vivienda digna y las dificultades de acceso a la educación, entre otras. A la vista de ello, el primer punto de los Objetivos de Desarrollo del Milenio aprobados por las Naciones Unidas en el año 2000 fue precisamente erradicar la pobreza extrema y el hambre.
Uno de los índices que se utiliza para conocer el nivel de ingresos de una sociedad es el Producto Interior Bruto per cápita. Este indicador da una buena medida de la fortaleza de la economía de un país en la generación de riqueza, pero no permite conocer las desigualdades en la distribución de los ingresos entre los que más ganan y los que menos ganan.
Precisamente, reducir las desigualdades en la distribución de los ingresos es uno de los principales retos para alcanzar una equidad verdadera en el acceso a la salud, asegurando los recursos necesarios para que todos los hombres y mujeres dispongan de oportunidades similares. El coeficiente de Gini es la herramienta estadística más utilizada para medir el grado de desviación en la distribución de los ingresos entre individuos u hogares dentro de un país. En este indicador, 0 representa la igualdad perfecta en la distribución del ingreso y 100 la desigualdad perfecta. Como puede apreciarse, los países más pobres no sólo suelen tener importantes desigualdades en el nivel de ingreso en comparación con los países más desarrollados, sino que también muestran importantes desigualdades internas.
Otro indicador utilizado para medir las desigualdades es el índice de recuento o tasa de pobreza nacional, que muestra el porcentaje de la población que vive por debajo del umbral nacional de pobreza establecido por las autoridades del país. Estas estimaciones, recogidas por el Banco Mundial, refieren sólo a los países considerados en vías de desarrollo. Las estadísticas disponibles muestran que en los países menos desarrollados del mundo el porcentaje de la población que vive bajo el umbral de la pobreza representa en la gran mayoría de los casos más de un tercio de la población. Esto nos indica que amplios sectores de la población viven en situación de vulnerabilidad, sin posibilidades de acceder a los recursos básicos para disfrutar de un buen estado de salud.
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