Estilos de vida y factores de riesgo
Prevalencia de tabaquismo
El consumo de tabaco es un hábito adictivo muy extendido en todo el mundo. Se calcula que actualmente hay 1.300 millones de fumadores en el mundo, de los cuales el 84% vive en países en desarrollo. Aunque estadísticamente son más los hombres fumadores (48%) que las mujeres fumadoras (12%), ese diferencial se ha ido reduciendo a partir de las campañas de la industria tabacalera que pretenden posicionar al cigarrillo como símbolo de igualdad entre personas de los distintos sexos.
Las evidencias científicas son claras: fumar mata y produce enfermedades. El tabaco es responsable de la muerte de 5 millones de personas en el mundo cada año, y se estima que en el año 2020 matará a 10 millones de personas. La mitad de las personas que fuman hoy morirán por los daños provocados por el tabaco. El consumo de tabaco es un factor de riesgo que se relaciona con las principales causas de muerte en el mundo: las enfermedades cardiovasculares, como el accidente cerebro-vascular, el aneurisma de aorta y la enfermedad coronaria; el cáncer de pulmón, boca, vías aéreas superiores, riñón, uréter y vejiga; y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Además, el tabaco es la sustancia adictiva que genera más discapacidades y pérdida de años de vida, por delante del alcohol y las drogas ilegales.
Al costo en enfermedades y muertes, hay que agregarle el importante gasto que deben afrontar los sistemas sanitarios para la atención de las enfermedades provocadas por el tabaco. También es un obstáculo para el desarrollo económico de los países porque afecta a trabajadores en edad productiva, lo cual reduce su capacidad de trabajo, aumenta el tiempo que están enfermos o simplemente los mata.
Como muestran las estadísticas, en los países más desarrollados del mundo occidental aproximadamente 3 de cada 10 personas adultas fuman, con porcentajes similares en hombres y mujeres. En muchos países orientales esa cifra es aún más alta, aunque allí las estadísticas muestran que el hábito está extendido principalmente entre los hombres.
Una de las tendencias que se aprecia a nivel global es que los adolescentes se inician en el hábito de fumar a edades cada vez más tempranas. Así, se observa que en muchos países los porcentajes de adolescentes menores de 15 años que fuman habitualmente es apenas inferior al porcentaje de adultos, lo que da una magnitud del problema que esto puede acarrear para la salud pública de esos países en un plazo no muy lejano. La prevención del tabaquismo es, sin lugar a dudas, uno de los grandes desafíos de la salud pública a escala mundial.
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