Estilos de vida y factores de riesgo

Inactividad física en mayores de 15 años

Uno de los cambios más notables en nuestros estilos de vida en las últimas décadas ha sido la reducción progresiva en nuestros niveles de actividad física. La innovación tecnológica y los nuevos modelos de organización social nos han permitido tener una vida más cómoda, pero al mismo tiempo han tenido como consecuencia no deseada que cada vez realicemos menos ejercicio físico en nuestro día a día. Somos una sociedad sedentaria, que no se mueve de forma suficiente, y eso ha tenido como consecuencia directa el aumento de la incidencia de enfermedades no transmisibles, como las cardiovasculares, la diabetes, la hipertensión, la obesidad y el cáncer.

Se estima que la inactividad física se relaciona con el incremento de la tensión arterial, la alteración de los niveles de grasas en sangre y el sobrepeso, y que es la causa de entre el 10 y el 16% de los cánceres de mama, colon y recto, así como el 22% de la enfermedad isquémica cardiovascular. Se calcula que el sedentarismo es responsable de aproximadamente el 4% de la carga global de enfermedad, provocando cada año la muerte de aproximadamente dos millones de personas.

Una dieta saludable y la realización de actividad física regular y en niveles adecuados son dos factores fundamentales para la promoción y el mantenimiento de una buena salud a través del curso de vida. Pero, además, hay evidencias de que la actividad física no solo tiene efectos directos e inmediatos sobre el bienestar de las personas sino que, además, ayuda a controlar los otros factores de riesgo, como son el sobrepeso y la obesidad, la hipertensión arterial, la diabetes, el colesterol alto y el exceso de azúcar en sangre.

La realización de 30 minutos de ejercicio físico moderado al día es suficiente para conservar una buena salud, según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).


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