Panorama epidemiológico

Mortalidad por principales causas

En distintos momentos históricos, los miembros de una misma sociedad enferman y mueren por causas diferentes. Durante siglos, las enfermedades transmisibles (ET), de carácter infecto-contagioso, fueron las principales causas de enfermedad y muerte en todo el mundo; entre ellas, epidemias como la peste, el cólera, la viruela, la tuberculosis, el paludismo, la malaria, la fiebre tifoidea, la difteria, la sífilis y, más recientemente, el VIH-SIDA. Desde mediados del siglo XX se está produciendo una transición epidemiológica, en la que cada vez tienen más peso las enfermedades no transmisibles (ENT), crónicas y no infecto-contagiosas, representadas por las nuevas epidemias globales: las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, las enfermedades respiratorias crónicas y la diabetes. También han ganado peso las lesiones, que son consecuencia de los accidentes (de tráfico, en el hogar, en el trabajo), las intoxicaciones, los suicidios y la violencia en sus diversas formas (doméstica, urbana, guerras).

El índice de mortalidad aporta una estimación de la cantidad de muertes que se producen en un país cada 100.000 habitantes relacionadas con las tres principales causas genéricas: enfermedades transmisibles, enfermedades no transmisibles y lesiones.

En regiones como África, el Mediterráneo Oriental y el Sudeste Asiático las enfermedades transmisibles siguen teniendo un peso muy superior a las no transmisibles. Algunos países de Latinoamérica padecen la “doble carga” de la enfermedad: grandes ciudades que presentan indicadores de salud similares a los de países desarrollados y, por contraste, un extenso territorio rural con indicadores de salud propios de las regiones más desfavorecidas del mundo. En la región del Pacífico Occidental, las enfermedades no transmisibles son la primera causa de muerte prematura y las lesiones casi alcanzan el nivel de las enfermedades transmisibles. En Europa, las enfermedades no transmisibles representan más de 7 de cada 10 muertes, seguidas por las lesiones y con las enfermedades transmisibles en un lejano tercer lugar, algo similar a lo que ocurre en los países desarrollados de América del Norte (como Estados Unidos y Canadá) y en Japón.


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